Como es habitual, la Federació Catalana de Ciclisme nos obsequia con un pin conmemorativo y los ciclistas correspondemos asistiendo en masa al Templo.
En esta ocasión hacemos una amplia convocatoria pero finalmente somos 9, muchos menos de lo que esperábamos.
La temperatura es ideal, con un cielo parcialmente cubierto que se abre al final de la jornada.

Rodamos agrupados sin prisa pero sin pausa hasta Monistrol de Montserrat, justo al inicio del puerto. Habitualmente hacemos un reagrupamiento en este punto, pero como vamos compactos, decidimos empezar la ascensión sin parar.
El ritmo de subida es distinto para casi todos, con lo que llegamos bastante dispersados.
Recogiendo el pin en la carpa que ha habilitado la federación, Xavi cambia un pinchazo que le ha rajado parcialmente la cubierta y por ello tardamos mucho en bajar. Toni no se espera al tener un compromiso en Barcelona, así que la vuelta la hacemos con un componente menos, pero perfectamente acoplados a un grupo formado por gente de Pallejà y de Molins de Rey. Somos una fantástica grupeta de 23 ciclistas rodando muy cómodos sin pausas y como un tren directo a Sant Andreu de la Barca, donde nos separamos para rodar en solitario por nuestro Polígono preferido.
En el cruce de Rubí despedimos a Jordi y continuamos a muy buen ritmo cruzando Molins de Rey y Sant Feliu de Llobregat, donde empiezan las primeras cuestas del Alto del Walden. Ya en Esplugues disgregamos el grupo. Por un lado Xavi, que finalmente ha podido rodar sin más percances gracias a la reparación que ha hecho con una cámara nueva y un trozo de cámara extra para evitar que el corte de la cubierta fuera a más, por el otro José, Kike y Frankie y la grupeta final compuesta por Quim, David y Yo.
Mientras rodamos por las calles de Barcelona, vamos comentando la salida y coincidimos los tres en que hoy ha sido un gran día de ciclismo en muy buena compañía, con muy buen ambiente y buenas sensaciones.
Ésta es una de aquellas salidas que da mucha pereza, porqué piensas que son unos 120km con una gran subida, estás poco entrenado, hay muchos coches que bloquean la carretera, … pero sabes que encontrarás el mejor ambiente ciclista, verás a muchos amigos tanto subiendo como bajando, que rodarás en muy buenas grupetas, verás estandartes de Clubs con infinidad de cintas y lo más emocionante: ves niños de edades muy tempranas (algunos de ellos en bicis enganchadas a la bici de su padre) equipados como profesionales y con una cara de ilusión, satisfacción y agradecimiento que no se puede describir.
El año que viene también asistiremos e intentaremos llegar antes, propósito que nos hacemos año tras año.
Fotos de la jornada: