
El sábado 25 de abril tocaba Brevet de 300km, mal día por varias razones: ni David Peñaranda ni Quim Barba ni José Martínez podían acompañarme. Suerte que siempre me queda Pere Borràs y la lejana esperanza de poder seguir a los Black Legs (Llorenç Sans y Oscar Baena).
Con estos malos pensamientos me dirigía a Manresa, pero la cosa empeoró.
Resulta que al ir a buscar el roadbook olvido el dinero y tengo que volver al coche. Roadbook en mano, una espera innecesaria en los servicios hace que salga tarde del local del PCBonavista y al llegar al coche el pelotón se va. El triatleta del coche al lado del mío se queda como yo, a cuadros. Oigo a Pere que me llama entre la gente, pero ni siquiera tengo la bici montada (por una vez que la llevo desmontada) y aún tengo que coger todo lo necesario.
Unos 5 minutos más tarde un triatleta que calza una preciosa Specialized Transition y yo bajamos hasta la calle y encontramos a dos chicos que estaban reparando un pinchazo de última hora. Los cuatro nos disponemos a empezar una persecución en subida hasta encontrar un grupo bueno. El triatleta decide muy pronto seguir a su ritmo y yo, “obligado” por no haber tenido tiempo de montar luces, decido ir con los dos pinchados que aparentaban mejor ritmo. Los dejo en el cruce del Molí de Boixeda, tras 15 km de relevos demasiado seguidos que me desgastan mucho.
Rodando más o menos animado, llego a Calaf (km 39) habiendo adelantado a unos 50 ciclistas (la mitad de los breveteros de hoy) incluidos los dos pinchados que ruedan dentro del pelotón del PCBonavista, que como siempre van sin prisa pero sin pausa y con muchas ganas de reír, hablar y pasar unas buenas horas disfrutando de nuestro deporte en buena compañía.
Llego a Cunill (km 45 y cota máxima de hoy) en solitario y decidido a seguir rodando así hasta alcanzar a Pere, Llorenç y Oscar o terminar la Brevet. Mientas bajo hacia Hostafrancs alcanzo un grupo de 4 con el ritmo muy irregular y después de la paliza del principio, decido rodar a un ritmo cómodo para mí. En el primer cruce paro para consultar el roadbook y me vuelven a pasar los 4. Como un poco y al alcanzarlos de nuevo, pienso que es mejor un mal grupo que 300km en solitario, así que me pongo delante del grupo y aflojo con el fin de avanzar a base de relevos hasta, al menos, Balaguer. Llegamos a Agramunt (km 82) y ni un solo relevo, estoy un poco sorprendido. Freno para que al menos me indiquen como coger la carretera de Balaguer y ahorrarme mirar el roadbook. Paro a hacer aguas menores y pierdo el grupo. Vuelvo a quedarme solo, es decir, igual que antes pero sin nadie que chupe rueda. Decido no apretar y no alcanzarlos hasta Balaguer, mientras voy pensando que el título de esta crónica no será “Brevet 300km” sino “La soledad del corredor de fondo”.
En Balaguer (km 107) 3 de ellos se quedan a desayunar y el cuarto conmigo (desde la distancia ya iba viendo que no daba relevos) que se engancha rápidamente a mi trasera.
De Balaguer a Alfarràs hay 25 km de carretera horrible, con larguísimas rectas, nada de arcén y trafico de gente que no tiene ni idea de conducir. Mi rémora particular, que resulta ser la madre de todas las rémoras, no hace ni siquiera el gesto de darme algún relevo, ¡Estoy alucinando! Voy pensando en los comentarios que pondré en el Blog, porque ni siquiera da conversación.
Llego a Alfarràs (km 132 y control 1). Paro a mirar el roadbook y los mensajes del móvil; Montse me pregunta como voy y Pere me dice: “Alfarràs bar trobada”. Llamo a Pere para ver si aun está en el pueblo. Por fin iré acompañado (que no perseguido) y en muy buena compañía. Bocata de tortilla, coca-cola, café, hablo con Montse y en menos de 10 minutos ya estamos subiendo el Coll de Foix.
Comparamos velocidad media hasta Alfarràs, Pere 30’1km/h y yo 30’4km/h. El lleva 15 minutos comiendo y ha llegado en pelotón. Pienso que estará fresco y yo estoy bien, así que vamos a volar …..¡Mentira!, justo después del Coll de Foix, entrando de nuevo en Catalunya, notamos el fuerte viento que hasta el momento nos había ayudado.
Con estos malos pensamientos me dirigía a Manresa, pero la cosa empeoró.
Resulta que al ir a buscar el roadbook olvido el dinero y tengo que volver al coche. Roadbook en mano, una espera innecesaria en los servicios hace que salga tarde del local del PCBonavista y al llegar al coche el pelotón se va. El triatleta del coche al lado del mío se queda como yo, a cuadros. Oigo a Pere que me llama entre la gente, pero ni siquiera tengo la bici montada (por una vez que la llevo desmontada) y aún tengo que coger todo lo necesario.
Unos 5 minutos más tarde un triatleta que calza una preciosa Specialized Transition y yo bajamos hasta la calle y encontramos a dos chicos que estaban reparando un pinchazo de última hora. Los cuatro nos disponemos a empezar una persecución en subida hasta encontrar un grupo bueno. El triatleta decide muy pronto seguir a su ritmo y yo, “obligado” por no haber tenido tiempo de montar luces, decido ir con los dos pinchados que aparentaban mejor ritmo. Los dejo en el cruce del Molí de Boixeda, tras 15 km de relevos demasiado seguidos que me desgastan mucho.
Rodando más o menos animado, llego a Calaf (km 39) habiendo adelantado a unos 50 ciclistas (la mitad de los breveteros de hoy) incluidos los dos pinchados que ruedan dentro del pelotón del PCBonavista, que como siempre van sin prisa pero sin pausa y con muchas ganas de reír, hablar y pasar unas buenas horas disfrutando de nuestro deporte en buena compañía.
Llego a Cunill (km 45 y cota máxima de hoy) en solitario y decidido a seguir rodando así hasta alcanzar a Pere, Llorenç y Oscar o terminar la Brevet. Mientas bajo hacia Hostafrancs alcanzo un grupo de 4 con el ritmo muy irregular y después de la paliza del principio, decido rodar a un ritmo cómodo para mí. En el primer cruce paro para consultar el roadbook y me vuelven a pasar los 4. Como un poco y al alcanzarlos de nuevo, pienso que es mejor un mal grupo que 300km en solitario, así que me pongo delante del grupo y aflojo con el fin de avanzar a base de relevos hasta, al menos, Balaguer. Llegamos a Agramunt (km 82) y ni un solo relevo, estoy un poco sorprendido. Freno para que al menos me indiquen como coger la carretera de Balaguer y ahorrarme mirar el roadbook. Paro a hacer aguas menores y pierdo el grupo. Vuelvo a quedarme solo, es decir, igual que antes pero sin nadie que chupe rueda. Decido no apretar y no alcanzarlos hasta Balaguer, mientras voy pensando que el título de esta crónica no será “Brevet 300km” sino “La soledad del corredor de fondo”.
En Balaguer (km 107) 3 de ellos se quedan a desayunar y el cuarto conmigo (desde la distancia ya iba viendo que no daba relevos) que se engancha rápidamente a mi trasera.
De Balaguer a Alfarràs hay 25 km de carretera horrible, con larguísimas rectas, nada de arcén y trafico de gente que no tiene ni idea de conducir. Mi rémora particular, que resulta ser la madre de todas las rémoras, no hace ni siquiera el gesto de darme algún relevo, ¡Estoy alucinando! Voy pensando en los comentarios que pondré en el Blog, porque ni siquiera da conversación.
Llego a Alfarràs (km 132 y control 1). Paro a mirar el roadbook y los mensajes del móvil; Montse me pregunta como voy y Pere me dice: “Alfarràs bar trobada”. Llamo a Pere para ver si aun está en el pueblo. Por fin iré acompañado (que no perseguido) y en muy buena compañía. Bocata de tortilla, coca-cola, café, hablo con Montse y en menos de 10 minutos ya estamos subiendo el Coll de Foix.
Comparamos velocidad media hasta Alfarràs, Pere 30’1km/h y yo 30’4km/h. El lleva 15 minutos comiendo y ha llegado en pelotón. Pienso que estará fresco y yo estoy bien, así que vamos a volar …..¡Mentira!, justo después del Coll de Foix, entrando de nuevo en Catalunya, notamos el fuerte viento que hasta el momento nos había ayudado.

Rectas interminables con viento de cara y a lo lejos, por detrás, un ciclista haciendo esfuerzos para alcanzarnos. Va más a menos a nuestra velocidad así que aflojamos para que nos alcance y afrontar el viento los tres. Se llama Ramón, es de Badalona y va vestido del CC Sant Celoni. Buena compañía y buenos relevos. Está un poco harto, puesto que ha hecho 10km de más entrando en Aragón.
Rodamos por Almacelles, Sucs y Gimenells. Desde el circuito de motos hasta Alcarràs (km 177 y control 2) no hay carretera, es una pista de piedras que afortunadamente nos respeta mecánicamente.
Rodamos por Almacelles, Sucs y Gimenells. Desde el circuito de motos hasta Alcarràs (km 177 y control 2) no hay carretera, es una pista de piedras que afortunadamente nos respeta mecánicamente.


En el control, tomando un refresco y comprobando mis calas, que rompí por la mañana antes de salir, llega un multitudinario grupo entre los que se encuentran Llorenç y Oscar. ¡Salvados!

A partir de ahora nos meteremos en el grupo, que seguro que agradece nuestros relevos, y rodaremos protegidos del viento.
Salimos un total de 16, entre los que se encuentra mi rémora. Cruzamos Lleida, Bell Lloc y Mollerusa pero, antes de llegar a Bellpuig, Pere decide descolgarse del grupo cosa que a mi me va muy bien porque tengo la rodilla izquierda muy dolorida.
Paramos en Bellpuig (km 220) de donde salimos recuperados gracias a una tortilla de verduras, queso, pan y coca-cola, pero otra vez solos.
Salimos un total de 16, entre los que se encuentra mi rémora. Cruzamos Lleida, Bell Lloc y Mollerusa pero, antes de llegar a Bellpuig, Pere decide descolgarse del grupo cosa que a mi me va muy bien porque tengo la rodilla izquierda muy dolorida.
Paramos en Bellpuig (km 220) de donde salimos recuperados gracias a una tortilla de verduras, queso, pan y coca-cola, pero otra vez solos.

Sigue el fuerte viento. Cruzamos Tàrrega (km 231) por el centro y llegamos a Cervera (km 244) más o menos bien; sólo nos queda subir hasta Cunill y lo demás es pan comido…..!Pues no! Siguiendo el roadbook vamos por la N-II a y resulta que teníamos que haber entrado por el centro de Cervera, para llegar a la N-141a. Antes de llegar a La Panadella miramos el mapa y damos la vuelta y, haciendo una rampa del 8%, retomamos la carretera buena. Nos han alcanzado cuatro ciclistas, entre los que se encuentra el triatleta de la Specialized Transition.
Esta perdida hace mella en la moral de Pere. A partir de este momento Pere está harto, cansado, desmotivado y enfadado y no se arregla ni parando ni comiendo ni bebiendo ni animándolo de ninguna manera.
Esta perdida hace mella en la moral de Pere. A partir de este momento Pere está harto, cansado, desmotivado y enfadado y no se arregla ni parando ni comiendo ni bebiendo ni animándolo de ninguna manera.

El ritmo, que era muy bueno teniendo el cuenta el viento, cae en picado. Ningún problema, aflojamos, paramos lo que haga falta, pero continuamos subiendo hasta Sant Ramon (km 255) donde comiendo cacahuetes y bebiendo Acuarius, vemos pasar a la mitad del pelotón con el que habíamos salido de Alcarràs, la otra mitad deben haber parado a comer

Sólo falta coronar la salida de Calaf y todo bajada, con la tachuela de Fonollosa (km 287).
A Pere le cansa hasta bajar, así que nos lo tomamos con mucha calma y llegamos a Manresa con 311’6 km a las 19:49.
Una hora y media más tarde que Llorenç Sans y Oscar Baena, que llegan a las 18:20 después de meterse en un buen grupo de los Bici Baix.¡Felicidades a ambos!
Contentos y cansados pensamos que hoy ha sido uno de esos días en los que terminas cansado, molido y dolorido, pero tremendamente feliz por haber disfrutado un día más de esta pasión que nos une.
A Pere le cansa hasta bajar, así que nos lo tomamos con mucha calma y llegamos a Manresa con 311’6 km a las 19:49.
Una hora y media más tarde que Llorenç Sans y Oscar Baena, que llegan a las 18:20 después de meterse en un buen grupo de los Bici Baix.¡Felicidades a ambos!
Contentos y cansados pensamos que hoy ha sido uno de esos días en los que terminas cansado, molido y dolorido, pero tremendamente feliz por haber disfrutado un día más de esta pasión que nos une.
Como siempre, aquí teneis la ruta en el mapmyfitness.com (http://www.mapmyfitness.com:80/route/spain/manresa/312885848579), gentileza de David Peñaranda.
Una vez más, las fotos son de mala calidad hechas con el móvil.